LITERATURA GUATEMALTECA

Reseña de: El Señor Presidente





             Titulo:           El Señor Presidente

              Autor:          Miguel Ángel Asturias 

   Fecha de publicacion:          1946












Resumiendo…


Premio Nobel de Literatura 1967. La descripción y la denuncia de las tiranías latinoamericanas han servido de trasfondo argumental a novelas de gran calidad literaria. EL SEÑOR PRESIDENTE inspirada en la figura del guatemalteco Estrada Cabrera elevó a su máxima capacidad expresiva esa línea narrativa y lanzó a la fama a Miguel Ángel Asturias (1899-1974), Premio Nobel de Literatura en 1967. El relato constituye un descenso a los infiernos a través de la reconstrucción de una atmósfera de pesadilla, forjada por el ejercicio ilícito del poder  y por la omnipresencia de la  tortura  y el miedo. La visión espermática de la realidad y el lirismo descarnado logran la transfiguración de una situación histórica concreta en una realidad literaria autónoma.



Opinión Personal

El señor presidente es un libro del Escritor guatemalteco “Miguel Ángel Asturias” es una historia que nos relata o más bien nos cuenta sucesos que tienen que ver mucho con el gobierno de Guatemala en ese entonces.


Este libro fue inspirado en :  Estrada Cabrera





En el libro me topé con muchas escenas en donde las personas que eran apresadas por distintos delitos, muchos delitos eran tan insignificantes pero en ese entonces eran delitos muy graves.


Estos delitos  tenían sentencias muy terribles como el fusilamiento del encarcelado.


A mi opinión es un libro muy bueno que cualquier o mas bien que todo guatemalteco debe leer ya que relata o nos muestra un poco de la historia en esos gobiernos.


Si tuviese que darle una puntuación del 1 al 10 le pondría un:
7











EL POEMA DE LAS ROSAS


                                         Osmundo Arriola


¡Blancas, bellas, pensativas,
como vírgenes que evocan
en su rostro, los matices
delicados de la aurora;
como amigas impecables
de miradas cariñosas
que sintieran de mi alma
sensitiva, las congojas;
como labios virginales
de divinas dulces bocas
que esperaran suspirando
las caricias de otra boca,
tal brotaban bajo un árbol
de presencia ensoñadora,
las cabezas pensativas
de las rosas!

¡Y pensé que me miraban
como a extraño, sorprendidas
de encontrarme junto a ellas
con la faz contemplativa;
hasta oí los cuchicheos
de sus bocas peregrinas
que lanzando sus protestas
de perfume, me aturdían
como alegres colegialas,
parloteras y agresivas!

Yo les dije: ¡Rosas bellas,
rosas puras, rosas mías,
un hermano soy que viene
de muy lejos; tras la vida
voy dejando mis nostalgias
como flores enfermizas,
y aunque he sido franco y bueno,
sólo traigo las espinas
que clavaron en mis manos
otras manos enemigas;
sed vosotras las amables
alegrías de mi vida;
sed vosotras mis hermanas,
sed vosotras mis amigas!

Y las rosas que sondearon
las verdades de mi pena,
me miraron como amigo;
y dijeron que en la tierra
compasiva para todos,
para todos noble y buena,
muchos son los que han caído
con la cruz de sus ideas:
¡Y me hablaron de los sueños
de las rosas; de bellezas
de ilusión contemplativa;
de su amor, de su pureza,
que ellas aman como aman
en el cielo las estrellas!

¡Oh las rosas perfumadas
de la tarde! ¡Oh las rosas
que han vivido sus hermosos
idealismos; que en la aurora
fueron rosas; que en la tarde
de la vida, fueron rosas,
porque el mal que es de los hombres
no llegó hasta sus corolas!

¡Yo quisiera haber tomado
de esa vida, pocas horas;
ignorar de la existencia
las promesas ilusorias
que se esfuman en la nada,
y vivir como las rosas
una vida de ilusiones,
momentánea... pero hermosa!
iY en mi tarde, ante el crepúsculo,
deshacerme en una estrofa,
como lo hacen las cabezas

pensativas de las rosas!




Poema Yo Pienso En Ti


                                                                       José Batres Montúfar



Yo pienso en ti, tú vives en mi mente
sola, fija, sin tregua, a toda hora,
aunque tal vez el rostro indiferente
no deje reflejar sobre mi frente
la llama que en silencio me devora.
En mi lobrega y yerta fantasía
brilla tu imagen apacible y pura,
como el rayo de luz que el sol envía
a traves de una boveda sombria
al roto mármol de una sepultura.
Callado, inerte, en estupor profundo,
mi corazón se embarga y se enajena
y allá en su centro vibra moribundo
cuando entre el vano estrépito del mundo
la melodía de tu nombre suena.
Sin lucha, sin afán y sin lamento,
sin agitarme en ciego frenesí,
sin proferir un solo, un leve acento,
las largas horas de la noche cuento

¡y pienso en ti!




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